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Receta de carrillera de cerdo a la cerveza: un plato que huele a compartir
Francamente, la carrillera de cerdo siempre me ha intrigado. Este corte, a menudo olvidado, es en realidad un pequeño tesoro cuando se toma el tiempo para cocerlo a fuego lento. Con una salsa de cerveza bien sabrosa, es como si tu cocina se convirtiera en una casita acogedora tipo cervecería.
Me encanta ese momento en que la carne empieza a confitarse suavemente. El aroma que se escapa, envuelve toda la casa, crea un ambiente cálido. Este plato no es solo comida, es casi un abrazo.
Bueno, te confieso, la carrillera de cerdo a veces puede ser un poco rebelde para cocinar si no le das tiempo. Hay que ser paciente, aunque sea difícil. Pero el resultado vale cada minuto pasado al fuego.
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Y luego, la cerveza en la salsa, no es solo por el sabor. Aporta ese tipo de acidez dulce que equilibra la riqueza de la carne, y hasta se puede jugar con diferentes tipos de cerveza según lo que te guste. Yo suelo inclinarme por una cerveza ámbar, le da carácter.
Los ingredientes esenciales para lograr la carrillera de cerdo a la cerveza
- Carrillera de cerdo: aproximadamente 1 kg, bien desgrasada – es la estrella del plato, sin complicaciones.
- Cerveza ámbar: 33 cl o más según la cantidad de salsa deseada – me gusta cuando cubre bien la carne.
- Cebollas: 2 medianas, porque la dulzura caramelizada es mágica.
- Tocino ahumado: un puñado generoso, para el sabor y la textura.
- Ajo: 2 dientes machacados, le da el toque justo.
- Tomillo y laurel: indispensables para el aroma y ese toque campestre.
- Miel: una cucharada, para un toque de dulzura, pero puedes saltarte esto si prefieres salado.
- Mantequilla y aceite: para dorar la carne, una combinación clásica pero efectiva.
- Sal, pimienta: clásico, pero no hay que olvidar.
Cómo preparar tu carrillera de cerdo a la cerveza con total simplicidad
Primero, se empieza dorando la carrillera de cerdo por todos sus lados en un poco de mantequilla y aceite, para tener una bonita corteza dorada (sí, hace toda la diferencia). Escucharás ese pequeño chisporroteo agradable, me encanta.
Luego, sacamos la carne y sofreímos suavemente las cebollas y el tocino. Ahí, cuidado de no quemar, te digo que a veces me emociono y ¡zas! un tostado demasiado marcado – eso da un sabor algo amargo, así que hay que estar atento.
Se vuelve a poner la carne en la cazuela, se añaden el ajo, el tomillo, el laurel, y después se vierte la cerveza. Yo suelo hacerlo a ojo, solo lo suficiente para cubrir la carne hasta la mitad, para conservar una buena textura de salsa al final.
Hay que dejar que hierva a fuego lento, tapado, al menos 2 horas. Sí, es largo, pero la paciencia es la clave del éxito. A veces revuelvo un poco en el proceso para que nada se pegue y que todo se impregne bien.
Utensilios que no debes olvidar para esta receta guisada
- Una cazuela de hierro fundido: distribuye el calor uniformemente, la carne no se pega mucho y se mantiene tierna.
- Una cuchara de madera: el utensilio vintage por excelencia para mezclar sin dañar.
- Un cuchillo bien afilado: para cortar las cebollas y deshuesar correctamente la carrillera.
- Una tabla de cortar: es más sencillo cuando estás bien instalado.
- Una tapa hermética: esencial para mantener la humedad durante la cocción.
Carrillera de cerdo en salsa de cerveza: consejos para variar los placeres
La salsa de cerveza es mágica, pero puedes personalizarla. A mí me gusta añadir un chorro de vinagre balsámico al final de la cocción para aportar un toque ácido y picante que sorprende gratamente.
Dependiendo de la cerveza que uses, puedes obtener sabores totalmente diferentes. Una cerveza rubia para una salsa más suave, una cerveza negra para un lado más intenso. Yo me he quedado fiel a la ámbar, es un clásico que funciona bien.
Para acompañar, alterno entre puré casero a la antigua (con mucha mantequilla, sí, sí) o papas asadas. Crujiente y contrasta con la suavidad de la carrillera, es el maridaje perfecto en casa.
Una última cosa: probé una vez con sidra en lugar de cerveza, resultado sorprendente y bastante agradable, aunque cambia el perfil del plato. Así que haz como te guste, ¡a experimentar!
Pequeños errores a evitar para una carrillera de cerdo deliciosa y exitosa
- No dorar la carne: si omites este paso tu plato quedará soso, sin corteza, sin magia.
- Cocción demasiado corta: la carrillera es caprichosa, hay que dejarla fundir, si no quedará dura.
- Demasiado líquido: sé que dan ganas de verter mucho, pero una salsa demasiado líquida es triste, recuerda reducir.
- Olvidar el sazón: a menudo subestimo la sal y la pimienta, tú pruébalo, es la clave.
Así que ahí lo tienes, sabes todo para lograr esta carrillera de cerdo a la cerveza. Es un plato que lleva un poco de tiempo pero te lo devuelve bien en sabor y confort.
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Me parece perfecto cuando tienes un poco de tiempo el fin de semana o para una comida en familia. Y sinceramente, con una buena cerveza al lado, hace su efecto.
Si te animas, no dudes en contarme tus pequeños toques personales, adoro esta receta porque deja mucho lugar a la creatividad. ¡Buen provecho, cuida de ti y de tus papilas!