Mostrar el resumen Ocultar el resumen
Ah, las espinacas y huevos duros, un clásico de mi cocina infantil que ¡vuelvo a a-me-a-r! Solo la idea de esa bechamel cremosa que se mezcla con las verduras… se me hace agua la boca. Bueno, lo admito, me recuerda mis tanteos con la salsa, a menudo demasiado espesa o demasiado líquida. ¿Sabes a qué me refiero?
El secreto está realmente en la textura de la bechamel. Para mí, debe cubrir todos los ingredientes sin aplastar los sabores. En esta receta, añadimos un toque delicioso con huevos que aportan tanto chispa como suavidad. Un buen plato familiar, ya verás, perfecto para calentar las noches.
Siempre me ha gustado que sea fácil de hacer, con ingredientes que se encuentran fácilmente. Las espinacas son tan versátiles, y aquí las ponemos en primer plano pero con dulzura y cremosidad. No hay que esperar una ocasión especial para disfrutarlo.
Huevos al horno gourmand con bacon: una receta sencilla y sabrosa para descubrir
Prepara un cremoso puré de brócoli: la receta fácil y sabrosa
Por cierto, te aviso, nunca hago exactamente lo mismo dos veces. A veces añado un poco de nuez moscada en la bechamel, otras veces elijo un queso diferente para gratinar. En fin, es mi toque personal que lo hace todo. ¡Ahora te toca a ti!
Ingredientes esenciales para espinacas y huevos duros con bechamel
- 500 g de espinacas frescas (o congeladas, a mí me pasa a menudo)
- 4 huevos (bien duros, ni demasiado cocidos ni demasiado blandos)
- 50 g de mantequilla para la bechamel
- 50 g de harina (para ligar la salsa, ¡no hace falta ser químico!)
- 50 cl de leche (entera si quieres que sea aún más cremosa)
- Sal, pimienta y una pizca de nuez moscada rallada (si eres como yo…)
- Emmental rallado o queso rallado de tu elección para gratinar
- Un panecillo o algunos picatostes (me gusta el crujiente adicional)
Pasos de preparación para un gratinado que derrite
- Cocer los huevos: los sumerjo en agua hirviendo durante exactamente 10 minutos, luego los pongo en agua fría para detener la cocción. Esto evita el círculo verde alrededor de la yema.
- Preparar las espinacas: si usas frescas, hay que lavarlas y quitarles los tallos. Luego las salteo un poco en la sartén, solo para que se marchiten, no hace falta ahogarlas.
- Hacer la bechamel: clásica pero divertida de hacer. La mantequilla se derrite suavemente, añades la harina, dejas cocinar un poco para evitar el sabor crudo, luego viertes la leche batiendo. ¡Aquí hay que tener paciencia para no hacer grumos!
- Sazonar: sal, pimienta, nuez moscada, pruebas y ajustas, no se bromea con la bechamel.
- Montaje: pones una capa de espinacas en el fondo de la fuente, viertes la bechamel encima, luego colocas los huevos cortados por la mitad (o en cuartos, como prefieras) y una última capa de queso rallado.
- Al horno: 20 minutos a 180°C para gratinar, vigilo a menudo para que no se queme, especialmente porque huele demasiado bien.
Utensilios para esta receta simple y eficaz
- Una cacerola para los huevos y otra para la bechamel
- Una sartén o cacerola para las espinacas
- Un batidor (el mejor amigo de la bechamel)
- Una fuente para gratinar para meter todo al horno
- Un cuchillo para cortar los huevos y preparar las espinacas
Personalmente, preparo este plato a menudo cuando quiero algo cómodo, sin complicaciones, pero que hace su efecto. Me gusta esa mezcla de texturas, sabes, la suavidad de los huevos, la cremosidad de la bechamel, el sabor fresco y ligeramente terroso de las espinacas.
El gratinado es relajado, lo dejas en el horno y puedes hacer otra cosa mientras tanto. Por otro lado, recomiendo servirlo caliente, porque a mí, frío, me parece menos interesante (pero se come igualmente, claro).
Ah, y si tienes picatostes, no dudes en añadirlos. Yo suelo improvisar un poco, al estilo “ahí, añado esto, le dará un toque crujiente”. En fin, esta receta es un buen clásico revisitado, fácil de hacer, agradable para compartir y que nunca decepciona.
Variante deliciosa y consejos para sublimar tus espinacas y huevos con bechamel
- Puedes sustituir el emmental por comté, da un sabor un poco más fuerte (¡probado y aprobado!)
- Añadir una pizca de nuez moscada a la bechamel realmente realza el plato, no es imprescindible, pero a mí me encanta
- Para un plato más ligero, haz la bechamel con leche desnatada, la textura será un poco menos cremosa
- ¿Quieres picatostes? Hazlos rápido en la sartén con un poco de aceite de oliva, quedan realmente buenos
Una mirada rápida al compartir y los recuerdos que evoca este plato
En mi casa, este plato siempre arrasa en la mesa, especialmente cuando hablo de la bechamel casera. Tengo la impresión de que trae a todos a las comidas de antaño, esas en las que nos tomábamos el tiempo de sentarnos juntos.
Cada vez, escucho anécdotas familiares de cocina, es un verdadero momento de compartir antes de disfrutar. Bueno, a veces me equivoco un poco con la bechamel, pasa, pero forma parte del juego.
Así que aquí está, este gratinado de espinacas con huevos duros y bechamel lo guardaré siempre entre mis recetas favoritas. A veces simple, a veces con un toque de locura, pero siempre lleno de calor y ternura en el plato.
¿Puedo usar espinacas congeladas para esta receta?
Sí, las espinacas congeladas funcionan muy bien. Solo hay que escurrirlas bien después de la cocción para evitar demasiada agua en el plato.
¿Cómo evitar los grumos en la bechamel?
El secreto es añadir la leche poco a poco mientras se bate constantemente. No verter toda de golpe y dejar que la harina se cocine bien antes de añadir la leche.
¿Se puede preparar este gratinado con anticipación?
Crêpes caseras: la masa perfecta para todos tus antojos, dulces o salados
Lentejas verdes y tocino ahumado: la sopa reconfortante para saborear
Absolutamente, puedes montar el plato con antelación y mantenerlo en la nevera. Solo hay que pasarlo por el horno antes de servir para calentarlo y gratinar.
¿Es posible hacer una versión vegana?
Para una versión vegana, sustituye la leche y la mantequilla por alternativas vegetales y utiliza un queso vegetal para gratinar.