Pequeños hojaldres con feta, tomates y tapenade: un bocado sabroso para aperitivos exitosos

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Pequeños hojaldres con feta, tomates y tapenade: el dúo ganador para impresionar en el aperitivo

Pues bien, esta es un poco LA receta que saco cuando llega la hora del aperitivo y quiero agradar sin complicarme. El tipo de cosa simple, pero que siempre termina en “Oh, ¡pero qué bueno está, me das la receta?”. Les aseguro que es muy rápido de hacer, lo prometo.

Me encanta el sabor salado de la feta, que se mezcla con la dulzura ácida de los tomates, y la tapenade… ah, la tapenade, es un flechazo personal que marca toda la diferencia. Sin ella ya está bueno, pero con ella, es el jackpot de sabores mediterráneos.

Bueno, les aviso, yo no soy 100 % riguroso: a veces pruebo con tomates cherry, a veces con tomates secos… y siempre funciona. En fin, hagan un poco como quieran, pero sigan estas etapas, les evitará el fracaso.

Francamente, estos pequeños hojaldres no son solo una receta, son un momento. Les garantizo que se acaban rápido, así que preparen suficiente, o sobrevivan a la mirada desesperada de sus invitados hambrientos.

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Ingredientes para lograr unos hojaldres con feta, tomates y tapenade perfectos

  • 2 masas de hojaldre rectangulares (no se preocupen, las comerciales sirven perfectamente)
  • 200 g de feta (la tradicional griega, bien desmenuzada)
  • 150 g de tomates (confieso que prefiero tomates cherry cortados a la mitad o tomates secos para más sabor y menos humedad)
  • 4 cucharaditas de tapenade (verde, negra, como quieran, pero yo me inclino por la negra aquí)
  • 1 yema de huevo para el dorado (el detalle que alegra la vista)
  • Un poco de orégano seco o fresco para aromatizar (esto es opcional, pero cambia todo)
  • Pimienta molida (yo pongo poca sal, la feta suele ser suficiente)

Utensilios indispensables para estos hojaldres de aperitivo

  • Un horno precalentado a 180°C (esto no se puede olvidar, si no funciona menos)
  • Un cuchillo de cocina bien afilado (para cortar la masa fácilmente)
  • Una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado (ahorra tiempo y limpia rápido después)
  • Un pincel para untar la yema de huevo
  • Un plato para triturar la feta y mezclar con tenedor en mano

Preparar sus hojaldres con feta y tapenade: modo de empleo para el aperitivo perfecto

Bueno, así es como procedo. Sin complicaciones, solo eficacia. Empiezo por precalentar el horno, no puedo contar las veces que he olvidado eso… Así que, 180°C, termostato 6, vamos allá.

Luego, extiendo bien una masa de hojaldre sobre la bandeja. Cojo mi tenedor, trituro la feta en un plato (me gusta cuando todavía tiene trocitos) y la extiendo sobre la masa. Atención, no hay que poner demasiado, sino la masa se ablanda.

Después corto los tomates en trocitos (con tijeras, es mucho más fácil que sacar un cuchillo y cortar laboriosamente). Esparzo eso sobre la feta, luego coloco pequeñas dosis de tapenade, a lo madalena de Proust mediterránea.

Para aromatizar un poco, espolvoreo un pelín de orégano y un toque de pimienta molida. No mucho sal, ya tienen la feta para eso. Cubro con la segunda masa de hojaldre, que luego corto en cuadrados. La yema de huevo dorará todo para tener un bonito brillo dorado.

Los pasos en modo lista, porque si no uno se lía

  1. Precaliente el horno a 180°C.
  2. Desenrolle una masa de hojaldre sobre la bandeja cubierta con papel sulfurizado.
  3. Desmigue la feta en un plato, extiéndala sobre la masa.
  4. Corte los tomates en trozos pequeños y repártalos sobre la feta.
  5. Agregue pequeños toques de tapenade por todas partes, según su gusto.
  6. Espolvoree un poco de orégano y pimiente ligeramente.
  7. Cubra con la segunda masa y corte en cuadrados.
  8. Unte los hojaldres con la yema de huevo.
  9. Hornee unos 10 minutos vigilando el color.

En mi casa, también es tradición que la masa nunca se dore uniformemente, así que reviso a los pivotes cada 5 minutos, peor que con una pizza casera. Pero ese es el encanto de lo hecho en casa, ¿no?

¿Por qué estos pequeños hojaldres siempre causan efecto?

La gran ventaja es la combinación de texturas: crujiente y suave, salado y ligeramente dulce, hierbas frescas o secas y ese toque umami de la tapenade. A mí me encanta este contraste, y cada vez crea una verdadera sorpresa.

Y si quieren variar, pueden reemplazar la tapenade con un pesto rosso, o incluso probar con aceitunas enteras… no hay que hacer siempre igual. A veces, eso es lo que hace el encanto del aperitivo, ese lado improvisado.

Francamente, he probado esta receta varias veces, y siempre termina por hacer unanimidad, sea un almuerzo en terraza o una cena improvisada en invierno. La clave es tener buenos productos.

Los puntos fuertes indispensables de esta receta

  • Rápido y fácil de preparar incluso en el último momento
  • Una explosión de sabores mediterráneos que gusta a todos
  • Ingredientes simples, a menudo ya en su nevera o despensa
  • Una presentación elegante que impresiona sin esfuerzo

¿Se pueden preparar estos hojaldres con antelación?

Absolutamente, se pueden preparar los hojaldres hasta el paso de corte, guardarlos en frío y hornearlos justo antes del aperitivo. Ahorran mucho tiempo y siguen siendo deliciosos.

¿Qué tapenade elegir?

Para mí, la tapenade negra aporta más profundidad y carácter, pero la verde es más suave y puede gustar a quienes prefieren menos intensidad. Depende de sus gustos.

¿Se puede reemplazar la feta?

Por supuesto, si no les gusta la feta, un queso fresco tipo cabra o ricotta puede servir, pero el efecto salado y la textura serán ligeramente diferentes.

¿Cómo evitar que la masa esté demasiado húmeda?

No sobrecarguen con demasiados tomates, sobre todo si son jugosos. Usen tomates secos o séquenlos rápidamente con papel absorbente para limitar la humedad.


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